«Una obra imprescindible para despertar las conciencias adormecidas.» —Marta Luengo
«Un libro imprescindible que conviene leer y releer cada cierto tiempo. Duro y demoledor en su diagnosis pero necesario.» —José Guerrero
«Un artículo duro que evidencia sin paños calientes nuestra falta de miras y una herramienta extraordinaria para aquellos seres que ven mas allá de su individualidad, aquellos seres predispuestos al cambio de conciencia.» —Mikel Líbano
«Se trata de un libro pesimista, oscuro, que denuncia sin ningún tipo de lenguaje edulcorado los grandes problemas a los que nos enfrentamos como civilización.» —Marta Luengo
«El llibre doncs és una crida d'alerta per una banda i, per l'altra, una proposta (l'única viable, de fet) per evitar el desastre.» —Jordi Solé
«Un texto valiente que enfrenta y nos enfrenta a un dilema del que no podemos escapar y que difícilmente podemos resolver.» —Sara Plaza
«Un magnífico e contundente traballo. Compre espallalo.» —Xoán R. Doldán
«Un texto duro para reflexionar. (...) Un trabajo "acojonante" en todos los sentidos. Muy muy bueno. De lo mejorcito que he leído.» —Álex López
«El terrible análisis que hace Casal es científico, no se trata de absurdas predicciones astrológicas, sino lógicas.» —Eduardo Gadea Pérez
«Ojos que no ven, corazón que no siente... ¡Y va Casal y nos quita sin miramientos las últimas vendas que nos quedaban! Pues a sentir, que ya toca.» —Carlos de Castro
«Gustoume moito. Isto debería de aprenderse na ESO.» —Víctor Boga (Millo & Landras)
«Un auténtico breviario de la situación en la que nos encontramos y sobre los retos que nos esperan. No necesita más extensión. Contiene la documentación y todo lo necesario para que quien esté interesado pueda seguir profundizando.» —José David Sacristán de Lama
«Es bastante exacta la expresión de Manuel Casal: "DETRITÍVOROS", porque nos alimentamos del detritus de los tesoros fósiles energéticos. Su visión bioquímica de nuestros problemas nos parece muy acertada. Como el sugiere, sería más exacto hablar de "revolución negra" en vez de "revolución verde", porque es la revolución negra la que nos ha condenado como especie.» —Eduardo Gadea Pérez
«Parabens polo artigo. Penso que é unha síntese moi actual dunha "realidade" que está xa aquí.» —Luis Valle
«Es denso y duro de digerir. Aunque son temas conocidos se agradece un enfoque que no deja lugar a falsas esperanzas y optimismos ilusorios. Tal vez sólo una sacudida suficientemente fuerte sea capaz de hacer que despertemos y reaccionemos y, ya que no podremos frenar la debacle, quizá lleguemos a tiempo al menos de paliarla y hacer la caída con un cierto orden.» —Ramón González
«Este trabajo es desolador, pero es, desgraciadamente, la pura verdad, un análisis trágico de nuestra realidad planetaria, realidad construida "a pulso", como se dice, por el "Homo Colosus".» —Eduardo Gadea Pérez
«Un trabajo muy elaborado y denso (...) un tema de debate importante.» —Dolores Lasanta
«Muy bueno su análisis de cómo hemos llegado a preocuparnos sólo de construir un sistema económico y social orientado al beneficio privado de sólo unos pocos, los que llamamos "los poderosos", en un aparentemente imparable crecimiento económico, que termina por ahogarnos a todos.» —Eduardo Gadea Pérez
«Gracias por este gran trabajo. Difícilmente se puede abogar por grandes cambios, si no somos conscientes de en qué punto estamos.» —@inxtu
«O texto invita a que o lector madure, xa que detona totalmente, e tal vez para sempre (cousa moi boa, dende logo) o optimismo doado.» —Mark Wiersma
«Badirudi gaur egungo jendarte ereduaren ardatza gure ezintasun bat dela: planeta hau esfera finitua dela eta hainbeste loriatzen den hazkunde ekonomikoak mugak dituela onartzeko ezintasuna. Pentsatzeko era horrek hondamendira eraman gaitzake zuzen-zuzenean, eta Casal Lodeiroren lanak horretaz hausnarrarazi beharko gintuzke.» —Unai Brea
«Aunque pueda parecer un libro con un mensaje sombrío en realidad esconde un acto de generosidad puesto que quien decide infundir falsas esperanzas ante un problema se está beneficiando más a sí mismo que a los propios afectados.» —Mariluz Secilla